La Ciudad de México ha sido reconocida por primera vez en el ranking de los 100 principales clústeres de innovación del mundo, publicado por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) como parte del Índice Global de Innovación (GII) 2025. Este hito marca un antes y un después en la proyección internacional de nuestra capital: confirma que aquí existe un ecosistema científico, tecnológico y emprendedor con la capacidad de competir al más alto nivel. Pero este logro no puede quedarse en la estadística. La verdadera pregunta es: ¿cómo aprovechamos este entorno para transformar innovación en crecimiento empresarial real y sostenible? La respuesta está en un recurso tan poderoso como, a menudo, subestimado: la Propiedad Intelectual.
La Propiedad Intelectual (PI) no es un trámite burocrático ni un escudo legal aislado. Es, en realidad, la llave que convierte ideas en activos con valor económico y comercial. Patentes, marcas, diseños o derechos de autor no solo protegen desarrollos; cuentan la historia de una empresa, transmiten confianza a inversionistas y socios, y marcan la diferencia al momento de abrir mercados internacionales.
Cuando una organización muestra un portafolio de PI sólido, está diciendo al mundo: “nuestra innovación está respaldada, lista para crecer y generar impacto”. Y eso, en un escenario donde la innovación es el principal diferenciador competitivo, es una ventaja incalculable.
México es un punto de partida sólido para escalar innovación con visión global
La inclusión de la CDMX en el ranking global no es un punto de llegada, sino de partida. Es una invitación a que nuestras empresas pasen de innovar a trascender, de crear a conquistar mercados. La propiedad intelectual, bien entendida y gestionada, será el motor que impulse a México a consolidarse como un verdadero hub de innovación global. Para que esa innovación se traduzca en crecimiento empresarial, es necesario protegerla, gestionarla y alinearla con la estrategia de negocio.
Cuando una empresa protege sus desarrollos —ya sean como patentes, marcas, diseños, secretos industriales y derechos de autor — está construyendo una base sólida para escalar. La PI permite que la innovación deje de ser un intangible abstracto y se convierta en un activo gestionable, transferible y monetizable.
La PI palanca para la expansión y crecimiento empresarial
¿Qué deben considerar los líderes empresariales que están en proceso de internacionalización, levantamiento de inversión o consolidación de alianzas estratégicas?
- Revisar su portafolio de PI y alinearlo con sus objetivos de negocio.
- Identificar activos intangibles que puedan ser protegidos y monetizados.
- Diseñar estrategias de protección que faciliten el aterrizaje en nuevos mercados.
- Valuar y fortalecer su propuesta de valor ante inversionistas y socios internacionales.
La inclusión de la CDMX en el ranking de la OMPI es una llamada a la acción. La propiedad intelectual debe ser parte integral del modelo de negocio, como motor de crecimiento, diferenciación y escalabilidad. En ClarkeModet, acompañamos a las empresas en este camino, transformando innovación en ventaja competitiva sostenible.
¿Tu empresa está lista para escalar con propiedad intelectual? Contáctanos: infomarketing@clarkemodet.com